La Pintura Electroestática es un recubrimiento en polvo para piezas metálicas, aplicada con una pistola electrostática. Se mezcla el aire con las partículas de pintura, cargándolas eléctricamente (carga positiva), para que se adhieran a la superficie metálica (carga negativa). Las partículas de polvo logran unirse a la pieza por acción de la estática, ya que los polos opuestos se atraen.
Posteriormente son calentadas en un horno donde, al curarse, dan como resultado un recubrimiento uniforme, de alta calidad, atractivo y durable.
Resiste muy bien a los cambios de temperatura, la humedad, la salinidad del aire, la corrosión y el desgaste. Por ese motivo la Pintura Electroestática suele ser elegida para la proteger estructuras y piezas que estarán expuestas al medio ambiente.